martes, 17 de febrero de 2009

Culebrones no, telenovelas

Querid@s mí@s, voy a tener que empezar este artículo diciendo que veo telenovelas, aunque no siempre de forma muy regular, desde hará unos cinco años, lo que tal vez influya bastante en mi modo de pensar y en mi opinión respecto a ellas.

Efectivamente, soy novelera (quizás ése sería un término más exacto que decir que “veo telenovelas”) desde hace cinco años. Antes había visto alguna que otra novela nacional, sobretodo catalanas (Temps de silenci, Mirall trencat, etc.), y las seguía como cualquier otra serie. Hasta que un día oí a alguien hablar de culebrones (o de culebrots, para ser más exact@s, en catalán), y pregunté qué significaba esa palabra. No recuerdo las palabras exactas, pero dijeron algo así como: “Son esas series con tanto drama… ¿Ves Temps de silenci? Eso es un culebrón. Y los culebrones sudamericanos, buf… ésos si que son dramáticos…” Yo, hasta entonces, nunca había visto otras series que no fueran las catalanas, y la verdad es que aquellas telenovelas ya me parecían bastante dramáticas, por lo que me quedé intrigada por cómo serían esos culebrones sudamericanos.
Pasó un tiempo, y un día me puse a ver una serie que echaban por la tarde que me enganchó desde el primer momento. Desde entonces, cada vez que podía, si me acordaba, me ponía frente al televisor a ver aquella cosa nueva que acababa de descubrir. Hasta que un día alguien me dijo: “Buf, ¿qué es eso? ¿Uno de esos culebrones sudamericanos?”. Entonces comprendí. Eso eran los llamados culebrones, aunque yo ya había empezado a llamarlos telenovelas. En realidad, desde el primer momento en que había oído aquella palabra (culebrón), me había parecido algo despectivo, pero no le había dado más importancia. Fue entonces cuando lo entendí todo. Entendí que la mayoría de gente aborrecía ese tipo de producciones, que por ese motivo les ponían el vulgar y asqueroso (o al menos eso me pareció a mí) de culebrones, pero ¡ojo!, sólo los despreciaban si eran sudamericanos. Es verdad que las telenovelas nacionales también eran llamadas popularmente culebrones, pero no eran tratadas con el mismo desprecio.

Creo que no me costó demasiado entender por qué. En realidad, el mismo motivo por el que a mí me gustaban los culebrones sudamericanos era el mismo por el que a la mayoría de gente no les gustaban: las tramas y subtramas amorosas que, debo decirlo, solían ser bastante liosas.

A ver, algo que debería haber dicho de un buen principio es que soy adicta a las historias románticas. Me da igual que sean de películas, de libros, de canciones o de telenovelas. Es más, si me dan a elegir, prefiero un libro o una película románticos a una telenovela. Pero hay gente que insiste en despreciar este género. Luego me di cuenta de que no sólo las telenovelas se ven afectadas: también la novela romántica ha sufrido el rechazo continuo de la crítica, todo ¿por qué? Pues por ese motivo precisamente por ser novela romántica, o novela rosa, como la llamarían algun@s despectivamente.

Y yo me pregunto, todo esto, ¿por qué? ¿Es que nadie habla de amor ya? ¿Es que una determinada obra, ya sea televisiva, literaria o cinematográfica, es menos por el tema central del que habla? Y, ¿por qué no hablar de amor? Ya sé que el tema está muy visto y muy gastado, que es el más tratado de toda la historia universal, pero precisamente por eso, ¿por qué no tratarlo en la ficción? Ah, sí, es que, me acabo de acordar, hay gente a quien le parece cursi. O dice que esas obras tienen argumentos muy simples, que siempre tratan de lo mismo y que son muy previsibles. O sea, que vienen a decir, ya lo digan explícita o implícitamente, que las telenovelas (y las novelas románticas) son una muestra de incultura.

Pues oigan, señor@s, ustedes que hablan tanto de cultura, ¿no saben que los dos mayores escritores del mundo occidental, es decir, Shakespeare y Cervantes, escribían sobre el amor? ¿Qué es si no Romeo y Julieta? ¿De qué tratan si no la mayoría de las Novelas Ejemplares? Y pongo de ejemplo a ésos dos, que son los más grandes y reconocidos internacionalmente, por no mencionar a muchos otros grandes escritores que han existido a lo largo de la historia.

¿Es cursi Romeo y Julieta? Bueno, quizás sí. ¿Son cursis las telenovelas? Sí, si Romeo y Julieta lo es, las telenovelas también lo son. Pero, ¿por qué de una se habla siempre bien y de las otras siempre mal? ¿No son todas historias de amor, al fin y al cabo? Como mucho, podrán decirme que se distinguen en la forma, en que Shakespeare se esforzó más para componer una obra teatral en verso que lo que se esfuerzan los guionistas de telenovelas. Pero no dejan de ser historias de amor, al fin y al cabo. Chico conoce chica, se enamoran, chico y chica se pelean, se separan, luchan por su amor, bla bla bla… Que no me vengan ahora a mí. Viene a ser lo mismo.

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